La mayoría de las veces, estos problemas comienzan con la creación de la propia marca. En el pasado no existía tanta competencia y el diseño de una imagen de marca era, para muchos empresarios, algo secundario. Hoy en día, prima la inmediatez y las sensaciones que nos evoca una marca. Y nos dejamos llevar por esa primera impresión. Cuando nos damos cuenta de ese detalle, cuesta más tiempo y dinero solucionarlo. Cuando ya has perdido clientes que no volverán.
Seguro que más de una vez te has preguntado por qué tu marca no funciona como debería. No sabes qué es pero no termina de conectar con la gente y le has dado mil vueltas a la idea sin llegar a ninguna solución que funcione realmente. Entiendo muy bien tu preocupación, comprender por qué una marca no está funcionando como debería puede ser una tarea complicada, pero hay algunos consejos que puedo darte para que puedas sortear ese obstáculo.
Primero, debemos analizar la situación para descubrir si hay algunos factores que puedan estar afectando la percepción de los clientes sobre la marca. Esto puede incluir el contenido, la estrategia de marketing, las imágenes, ¡hasta la elección de los propios colores!
Imagina que vas a estrenar una cafetería y te interesa lanzar una campaña en tu vecindario para invitar a todos los vecinos a conocer tu local. Los tonos tierra son favorables porque recuerdan al café pero imagina que tu cafetería está llena de tonos tierra y de marrones y no te puedes costear una reforma, o sencillamente no te gusta el color marrón y quieres buscar una alternativa. ¿Qué otros colores podrías usar?
Recuerda que lo primero que vas a evocar en el cliente es una emoción, somos seres bastante impulsivos y nos vemos dominados por ellas. ¿Qué otras emociones relacionas con el café? A mí me invita a pensar en actividad, acción y esos sentimientos también los puedes lograr con otros tonos cálidos que no estén tan explotados como el marrón, un rojo por ejemplo.
Lo siguiente sería crear un plan para trabajar en estos factores y convertir los errores en una oportunidad para aprender. Esto puede incluir crear una nueva estrategia de contenido, reorientar los valores que quieres evocar con la marca, aumentar el presupuesto de marketing…
Siguiendo con el ejemplo de la cafetería, dejaría el fondo como algo secundario y trataría de jugar con las palabras, intentando transmitir esa llamada a la acción que ya ha provocado el logotipo en su tono rojizo. Escribir el contenido parece fácil pero hay veces que cuando queremos empezar, la mente se queda en blanco a la hora de escribir nuestra publicidad, puedes buscar inspiración en otros establecimientos que te resulten atractivos pero si no superas el miedo a la página en blanco ese sería un buen momento para contactar con un profesional que pueda guiarte en el proceso.
Es una pequeña inversión que te puede hacer ganar mucho tiempo y supone menos dolores de cabeza, mi consejo en ese caso sería que pidieras ayuda a alguien como yo para poder hacer en el futuro tus propios carteles, normalmente los diseñadores te podemos dar una serie de pautas a seguir para que el lenguaje de tu marca resulte coherente a largo plazo.
Por último, lo ideal sería realizar un seguimiento de los resultados para ver qué está funcionando y qué no. Como en todo proyecto, debemos hacernos las preguntas correctas.
¿Cuáles son los errores más comunes?
- No tener en cuenta tu público objetivo.
- Basar tus comunicaciones en gustos personales.
- No investigar tu sector profesional en profundidad.
- Utilizar textos genéricos que no ayudan o generan desconfianza.
- Idear un concepto enrevesado que no llega a la gente.